Un A8000 en el triatlón MD de Elche, Arenales 113


Era la tercera vez que hacía este mismo Medio, pero cada Medio IronMan que se hace es como si fuera siempre el primero. Triatlón significa tres combates, y cada combate del Medio es importante. (Del IronMan completo, ya hablaremos otro día). El primer combate son 1.900 metros de agua, y en el agua, este año, problemas. Había 1300 inscripciones, aunque 110 no acudieron a la cita. Organizar boxes para 1300 bicicletas y una salida de natación que por la cantidad de nadadores no se convierta en una merienda de negros es un gran reto que este triatlón resuelve a su manera; manera que ha hecho que mi ejecución este año haya terminado con problemas.

Se plantean 6 oleadas de personas de una media de 200 nadadores aunque con un criterio dudoso. En la primera oleada salen todas las chicas: 86 de las 99 inscritas. En la segunda todos los élites, los M20 y M25, (185); en la tercera, la mayoría de los grupos de edad por encima de 45 años y los no federados, (275), y en las tres oleadas siguientes: los M40, (193); los M35 (313) y los M30 (221).

Algunas veces la competición te hace mejorar las marcas. En otras, el estrés, tu fisiología, el error en la táctica o la estrategia y las circunstancias del día hacen que tus marcas caigan por los mismísimos suelos. De hacer 2'15" en el hectómetro a no poder presentar más que 3'09" sólo hay un cúmulo de cosas, mezclado con bastante sal, un poco de fresquito por salir a las 8 de la mañana y un viento de levante que en otras ocasiones le ha dado por no aparecer. En esas circunstancias, el que te pille la oleada de nadadores siguiente, estaba cantado y además previsto, y seguramente la siguiente y los primeros de la última. El que te pillasen justo en el momento en el que giraba la segunda boya, en el que todo el mundo sigue el principio de la máxima economía girando a poco más de 1 ó 2 metros de la misma, y además viniese una gran bola de nadadores como una estampida de bisontes que te pasa por encima cuando te encuentran virado con respecto a su sentido de avance, ya es mala suerte. Tan de mala suerte, que al quedarte sumergido, aparte de sufrir una injustificada paliza de tortazos y patadas (porque yo no había hecho nada malo), hace que en tu instinto de tratar de buscar oxígeno como sea, los pulmones se te vayan llenando de aguita salada. El resultado, una neumonitis por agentes químicos que dependiendo del grado, te manda al otro barrio, te deja un poco k.o. y en cuanto pasa la nube buscas una piragua para que te recoja y te salve, abandonando la prueba, o como en mi caso, me deja tocado, y desde ese momento, convierte la prueba, en un reto de subsistencia y tenacidad, a base de escupir flemas sanguinolentas, y darte cuenta de que aunque tienes los músculos intactos, como no te funciona el carburador porque vas a medio pulmón, no puedes acelerar. Te falta el oxígeno.



El resto, es tratar de mantener ese velero venido a menos. Las otras oleadas ya no me cogieron desprevenido, (hasta los medioahogados aprenden), así que terminé la natación en 59', antes del cierre de la natación a las 9:10. 

El ciclismo, precioso, más corto de los 90 kms. que se venden, pero con toda una autovía para desarrollar la máxima velocidad con las cabras, totalmente acoplados con la máquina, aunque tampoco el levante se quiso quedar quieto y te daba de frente o de costado en más de la mitad del sector. Mi tiempo, de subsistencia, con un promedio de 27,05 que es discreto hasta para BTT pero que en mis circunstancias valen para pasar al combate siguiente, que era de lo que se trataba.

Y por último la carrera a pie, con medio pulmón, el estómago alterado y los dos combates anteriores pasando factura, no pudo ser más dura, viendo como tenía que echar a andar incluso en llano y cuesta abajo. Nada más salir, hay que subir a una urbanización con más de 57 escalones y rampas del 15 % y luego hacer un tramo con caminos litorales y arena de playa donde se pinchan tus zapatillas literalmente. Mi promedio de 8'18" por kilómetro lo dice todo de lo mal que lo estaba pasando.

Pero todo ello se te quita y lo mandas al carajo, cuando te conviertes en finisher y atraviesas la línea de meta. Ni el levante, ni la arena de playa, ni las escaleras, ni la sal, ni las palizas de los makinorros que venían por detrás han podido contigo. Aunque la neumonitis haya dejado fuera de combate a medio pulmón, el otro medio, pertenece a tu mitad de hombre de hierro, y como tal encaras tu proeza.

Con la medalla puesta me fui trasladado en ambulancia a un hospital cercano, pero cuando me hicieron las radiografías de tórax y me dijeron que de ésta me escapaba, salí de allí corriendo, que el domingo siguiente había que hacer el trail de la Guzman el Bueno, y no está la sanidad para hacer tonterías.

Si no pasas por dificultades, no sabrás nunca lo bonito que es el deporte y hasta dónde puede llevarte tu espíritu de superación y tus ganas de cumplir tus objetivos. Hasta el punto de que no hay más límite que tu propio cerebro. Si en tu cerebro no los hay, tampoco los hay en tu cuerpo.

JuanMa Pedrosa.





Comentarios

  1. Eres un crack, a recuperarse que este finde toca entreno multiaventura el sábado (escalada, trail, piragua y nado con neopreno), y el domingo nos vemos en la Guzman.

    Enhorabuena!!

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